Sobre los tipos de violencia


 A partir de las clasificaciones propuestas por Sanmartín (2010), la OMS (2003), Echeburúa (2010) y Galtung (2016), tenemos que la violencia puede clasificarse:

1.    Por la modalidad de la conducta:

A.   Violencia activa: Existe una acción por parte del agente generador de la violencia.

B.   Violencia pasiva: O violencia por inacción u omisión poniendo en riesgo la integridad de una persona.

2.    De acuerdo con su forma de manifestación:

A.   Violencia expresiva: Es una conducta modulada por la ira, normalmente dirigida a una persona conocida, que refleja dificultades en el manejo de emociones e impulsos, por lo que se produce un arrepentimiento espontáneo en el agente tras un arrebato.

B.   Violencia instrumental: Es una conducta que implica un grado de reflexión, ya que atiende la consecución de un objetivo concreto y por lo general no se desarrollan sentimientos de culpa o remordimiento.

3.    De acuerdo con el tipo de daño causado:

A.   Violencia física: El daño recae en la integridad y vida de las personas, los ejemplos paradigmáticos es la lesión física y la muerte.

B.   Violencia psicológica: Es cualquier conducta que potencialmente pueda generar un daño en la estructura psíquica, ya sea en el ámbito cognitivo -por ejemplo, la forma de percibir el mundo-; emocional -baja autoestima-; o conductual -trastornos de ansiedad, depresión-. Los que no necesariamente se desprenden de otro tipo de conductas. Su ejemplo es el abuso mediante el lenguaje, ya sea verbal o no verbal.

C.   Violencia sexual: Es un tipo de violencia que conjuga daños físicos y emocionales, en la que mediante una sexual se pone en peligro la libertad, la integridad y el desarrollo psicosexual de una persona.

D.   Violencia económica: Se expresa en las conductas orientadas a controlar o disminuir el acceso y estabilidad de los recursos económicos y patrimoniales de una persona.

Su subespecie es la violencia patrimonial que se observa en el menos cabo del patrimonio de una persona por el empleo ilegal o no autorizado de los bienes que lo conforman.

4.    Por la relación entre el sujeto pasivo y el sujeto activo de la violencia.

A.   Autodirigida: Cuando el agresor y la persona agredida coinciden.

B.   Interpersonal: Cuando el agresor es una persona o un grupo reducido de sujetos contra otra. Los subtipos que se encuentran son:

      i.        Familiar: entre sujetos que guardan una relación de parentesco o análoga, como sucede en el caso de la violencia en el noviazgo o entre concubinos.

    ii.        Comunitaria: Cuando no existen relaciones de parentesco o análogas entre agresores y agredidos, pudiendo conocerse o no.

C.   Colectiva: En la que el sujeto pasivo y activos son sectores o grupos sociales grandes, pudiendo estar institucionalizados y organizados o no. Este tipo Krug (en Sanmartín Esplugues, 2010) la divide en:

      i.        Social: Ejercida por un sector social sobre otro para favorecer sus creencias, valores e intereses. como ejemplo se puede mencionar los actos delictivos cometidos por grupos organizados, violencia de masas o enfrentamientos entre sectores sociales.

    ii.        Económica: En este caso existen un conjunto de conductas del sector económicamente dominante con la finalidad de propiciar su enriquecimiento.

   iii.        Polìtica: Su ejercicio está relacionado con el ejercicio del poder del Estado o punga con éste. Como la violencia no legítima de Estado, los golpes de Estado, el terrorismo o similares.

5.    Debido a las características de la víctima

En esta clasificación las representaciones sociales, los estereotipos y prejuicios son relevantes para propiciar el distanciamiento entre el sujeto activo y el sujeto pasivo de la violencia, volviendo a este último en una víctima propicia. Para Lorente (2010, págs. 212-213), una víctima propicia es una persona que se encuentra en una situación favorable para que ocurran los hechos violentos en su contra, sin embargo, esta situación no depende de la persona, sino de las circunstancias en las que se encuentra, por lo que el agresor puede aprovechar la condición de vulnerabilidad y carencia de poder del sujeto pasivo para ejercer violencia. Por ello, tiene una clara vinculación con la violencia cultural o simbólica.

En contextos culturales e históricos que favorecen la desigualdad de poder, las personas que viven situaciones de vulnerabilidad aparecen como propicias para que la violencia se ejerza sobre ellas como forma de perpetuar la desigualdad y garantizar un cierto orden social.

A.   Violencia de género: Es toda acción u omisión cuando se perpetra en contra de una persona en virtud de las características, roles, preferencias y actividades atribuidas a ésta debido a las representaciones sociales atribuidas a su género; o en su caso, por apartarse de las mismas.

B.   En este sentido, conviene mencionar que en los sistemas sociales sexo-genéricos y heteronormados, existe un reduccionismo entre ciertas características biológicas y los componentes sociales que se atribuyen a las mismas, por lo que representaciones sociales son producto de la naturalización de los componentes socioculturales. Por ello, el «desvío» de estas representaciones sociales son fuertemente sancionadas.

C.   En tal virtud, tenemos como subespecies: violencia contra la mujer, violencia transfóbica, violencia homofóbica, por mencionar algunos.

D.   Violencia debido a la edad: En este tipo de violencia las representaciones sociales entorno a los sectores de la población que pueden identificarse que en ciertas edades los seres humanos tienen una ausencia o disminución de autonomía de tal manera que se les comprende como seres humanos incompletos. Entre los subtipos encontramos la violencia contra niñas, niños y adolescentes y contra personas adultas mayores.

E.   Violencia por origen étnico o racial: Relacionada con la inferiorización o aversión de las personas que se consideran de una «raza» distinta a la propia o extranjeras que expresa una intolerancia al «otro», como ocurre en la violencia racista y la xenófoba.

6.    Por contexto en el que se desarrolla la violencia

A.   Violencia doméstica: A pesar de su profunda conexión con el ámbito familiar, la dinámica social ha diversificado las relaciones de las personas que cohabitan en un mismo domicilio, por ello Sanmartín considera relevante distinguir este tipo de violencia que se desarrolla entre sujetos que viven en un mismo hogar. Los que bien pueden tener una relación de parentesco o similar, o no.

B.   Violencia escolar: Este tipo se desarrolla en contexto educativos, la cual puede ser horizontal, es decir, cuando el sujeto pasivo o activo se encuentran en situación de igualdad, o vertical cuando existe una posición de jerarquía por parte de alguno o algunos de los sujetos.

C.   Violencia laboral: Se realiza en contexto de trabajo y sus efectos son generalmente psicológicos ya que tiene un efecto cognitivo negativo, emocional o conductual; que menoscaba la valoración de la víctima sobre sí misma y distorsiona su percepción del mundo; pero también puede generar trastornos salud y tener efectos económicos.

D.   Un rasgo característico es su ejecución sistemática es que “pueden llevarse a cabo mediante la exclusión total de cualquier labor asignada a la víctima, las agresiones verbales contra su persona, hasta una excesiva carga en los trabajos que ha de desempeñar”

E.   Violencia Institucional: Esta se lleva a cabo dentro de organismos propiamente estatales y es ejecutada por servidores públicos en contra de personas que carecen de tal carácter.

F.    Violencia Política: González (2010) señala que en la práctica no es tan secillo disociar la violencia de toda la acción política, a pesar de que la práctica y la institucionalidad política se han diseñado para funcionar como un mecanismo para canalizar las situaciones problemáticas y el conflicto en la sociedad mediante el mínimo empleo de fuerza.

La política nunca es completamente pacífica, pues es un espacio de confrontación y disenso, en el que están presentes múltiples intereses, expresiones ideológicas y partidistas. Los procedimientos propios de la práctica política han ritualizado y sublimado la violencia a través de la racionalidad que pretende disminuir al máximo el uso del poder como forma de obtener y mantener el poder.

Sin embargo, en la competencia política, como en cualquier otra confrontación, existe de la posibilidad de que la violencia puedes ser una forma de canalizar y gestionar los conflictos (González Calleja, 2010, pág. 279 y 280) al considerarse el uso de la fuerza como ultima ratio del juego político. Este tipo de violencia puede provenir de los actores propios del ámbito, por ejemplo, los partidos políticos, el propio Estado y los movimientos sociales y políticos reivindicatorios.

G.   Violencia en espacios públicos: Abarca un amplio abanico de tipos de violencia, que tienen en común no ocurrir principalmente en el marco de alguna institución, espacios comunitarios estructurados o privados, por ejemplo la violencia en calles, parques, centros de recreación, entre otros.Por lo general, en este tipo de violencia no existe una relación entre el sujeto pasivo y el sujeto activo por lo que, su ejemplo clásico es la violencia delictiva, que puede ser ejecutada por agentes organizados o no.

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