Entre el «yo» y el «tú», la comunicación como puente hacia el «nosotros»
La comunicación es un proceso de interacción social, que se establece entre dos o más personas que las puede vincular a través de mensajes que se codifican y descodifican para hacer partícipes a los otros de emociones, sentires, pensamientos e ideas
A pesar de que, en
la vida cotidiana, probablemente reflexionamos poco en los factores que
influyen en nuestra conducta al momento de comunicarnos, los seres humanos llevamos
a cabo diferentes procesos psicoemocionales que nos permiten interactuar, pues
hasta cierto punto comunicarnos nos interpela a romper la barrera que nos contiene
en los límites de nuestra identidad para entrar en contacto con otras persona, que,
aunque semejantes, nos exceden como individualidades. Por lo que la
comunicación es un puente, que rompe la posición relativa del el «yo» y el «tú»,
facilitando la configuración del nosotros a través de significados que se transmiten
hacen comunes nuestras visiones del mundo.
En este sentido, la
percepción social juega un papel muy importante, en tanto que, es el conjunto
de procesos cuyo fin es la comprensión de las otras personas a través de la
recepción de los estímulos sensitivos e informaciones que de ellas se reciben
Las informaciones y
estímulos se encuentran condicionados por las interacciones sociales pasadas y
presentes, grado de conocimiento, contexto cultural y situacional; así como de
los estatus y roles que despeñamos socialmente en la situación en concreto para
delimitar los contenidos, códigos y reglas con las cuales procuraremos
establecer nuestro proceso comunicativo. Es decir, para hacer común una misma
idea, los códigos y comportamientos para transmitirlos no serán los mismos si
estamos en un entorno académico, social o familiar; si tenemos una posición socialmente
jerárquica superior o inferior con nuestro interlocutor, entre otros factores.
El proceso de
comunicación es vital para muchos otros procesos, como el de aprendizaje, de
relación con otros e incluso la afirmación de la identidad y el autoconcepto.
En este sentido, se puede observarlas personas no interactuamos de forma uniforme en todos los contextos en los que nos desempeñamos: laboral, escolar, familiar y social. Así como, no ocupamos los mismos
códigos lingüísticos, incluso solemos adaptar el lenguaje corporal, para dirigirnos a diferentes personas en razón de nuestra posición frente a ellas, nuestro grado de confianza y la situación de interacción.
Un aspecto relevante para tener comunicaciones más significativas y edificantes, es volverlas más asertivas y abandonar comportamientos no asertivos o agresivos
La comunicación asertiva facilita que los mensajes sean escuchados y
recibidos, eliminando los posibles obstáculos emocionales del interlocutor,
así como evita relaciones desequilibradas donde alguna de las personas
partícipes de la comunicación se sientan no reconocidas o no respetadas.
Lograr una
comunicación asertiva implica necesariamente considerar los elementos que influyen
en el proceso de comunicación, tanto internos como externos; por lo que
requiere ser una comunicación consiente. Por esta razón, la comunicación
asertiva y no violenta es una práctica constante.
La comunicación, y
sobre todo la asertiva, permite un acercamiento auténtico y en situación de
igualdad con el otro, a pesar de no concordar con él y nos conduce a una
situación donde la diferencia de las singularidades solo sirve para nutrir el «nosotros»
1 Referencias
Alberti, R. E., & Emmons, M. L. (1999). Viviendo
con autoestima. Cómo fortalecer con asertividad lo mejor de tu persona.
México: Pax México.
Baron, R. A., &
Byren, D. (2005). Psicología Social 10° Edición. Madrid: Pearson
Prentice Hall.
Beristáin, H. (2000). Diccionario
de Retórica y Poética. México: Porrúa.
Cortés Osorno, M. G.
(2006). Comunicación Social. México: UNAM-ENTS-SUA.
Muñoz García, I.
(2006). Psicología Social. México: UNAM-ENTS-SUAyED.

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